Ayer en clase comentamos la noticia sobre un preso de Guantánamo que iba a ser juzgado en suelo norteamericano y cuál fue mi sorpresa cuando casi la totalidad del grupo ( estudiantes universitarios norteamericanos de un estado sureño) se sorprendió negativamente al saberlo. Al preguntar yo el por qué, sus razones, entre otras, fueron que si se juzgaba a un terrorista en el país, éste tendría derecho al habeas corpus, a ser defendido, a declararse inocente y demás derechos que establece la Constitución estadounidense y que, de ese modo, no se le podría sacar de cualquier manera la información crucial que "siempre tiene un terrorista" ( léase bajo tortura si se da el caso) ; "Hay que obligarles a hablar a cualquier precio".
No sé cómo pude mantener la cara de póker.
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